Ven, Espíritu de Dios, Madre de ternura… cuéntanos la historia
de Dios.
Ven, Espíritu de Dios, Viento de compasión… protege bajo tu
manto a todos los pobres de la tierra.
Ven, Espíritu de Dios, Fuego siempre encendido… haz que todos
los pueblos conozcan el sabor del pan,
que lo coman en paz y lo compartan en justicia.
Ven, Espíritu de Dios, Árbol plantado a lo largo del río… haz
que todas las religiones del mundo revelen el rostro de Dios, en su diversidad
de matices y colores.
Ven, Espíritu de Dios, Mirada de Cristo Resucitado… haz que
todas las Iglesias, en un nuevo Pentecostés, sigan proclamando la Palabra que
nos cura y nos libera.
Ven, Espíritu de Dios, Pies de todo caminante y peregrino… haz
que ninguno se sienta ya extranjero que todo hombre y mujer caminen en libertad
como buscadores del Absoluto.
Ven, Espíritu de Dios, Soplo de consuelo y esperanza, cuida de
nuestros ancianos, que nunca se queden solos; cuida de nuestros jóvenes, que no
se trunquen sus sueños; cuida de nuestra comunidad, que sea un espacio de
contemplación y misericordia para todos los que buscan el rostro de Dios y el
rostro del hombre.
Amén.
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