La Santísima Trinidad es y será cada vez más mi familia. Quiero buscar su gloria, trabajar en ello en mí mismo y en las almas. Esa es mi gran preocupación, mi vida: ¡La gloria de Dios! Por ella quiero respirar y vivir, trabajar y entregarme, reformarme y santificarme; por ella quiero la santificación de las almas. Por ella quiero vivir y morir.
EMILIO ANIZAN - 1916
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