
Lo que ellos llaman el “alma y la característica de la
Fraternidad es la Caridad.” Así se
expresa en la declaración de principios de la Fraternidad Anizan:
El signo de los hijos
de Dios es la Caridad. Para nosotros es vital, es esencial para descubrirnos y
amarnos como hermanos y hermanas. Con nuestras cualidades, y a pesar de
nuestras limitaciones y pobrezas, juntos queremos revelar la ternura del Padre,
la bondad del Buen Pastor.
En la Fraternidad, la
vida entra a raudales, la nuestra y la de la gente de nuestros barrios. En esa
vida encontramos a Dios. En nuestras familias y en nuestro entorno vemos mucho
amor, vivido día a día. El P. Anizan lo descubría en su tiempo. En la vida
profesional o en otros espacios, muchos son constructores de paz. A su manera,
anuncian la Buena Nueva de Jesús. Su vida habla. La Caridad de Dios está en
ellos, aunque no lo sepan. ¡Ojalá podamos hacérselo descubrir!
La Fraternidad es una
escuela de escucha. Escuchar lo que dice el Espíritu a la Iglesia que formamos,
y lo que él nos dice personalmente cuando estamos junto a los otros.
La Fraternidad es un
lugar abierto que se ofrece a los que desean seguir a Jesús a la manera del P.
Anizan. Es un lugar donde se comparte, respetando nuestras diferencias. Creemos
que el Padre nos habla a través de los otros, de lo que dicen de sí mismos, de
la acción del Espíritu en sus vidas.
En la Fraternidad
damos gracias al Padre. Estimulados por la vida fraterna, somos conscientes del
don que hemos recibido: el de vivir en la intimidad de Dios. Eso nos compromete
a dar testimonio ante aquellos que buscan un sentido a sus vidas.
Es bueno escuchar como
Jesús al Padre que nos dice: “Tú eres mi hijo amado”. Y a Jesús decirnos: “Yo
no os llamo siervos, sino amigos” (Jn. 15, 15).
Además de en España, hay grupos de Fraternidad Anizan
en Francia, Portugal, Argentina, Costa de Marfil, México y Colombia.