Oración para la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado 2015


¡Qué hermosas son las ciudades que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes, y que hacen de esa integración un nuevo factor de desarrollo! (Papa Francisco. La Alegría del Evangelio, 210)

Señor, tú estás presente en nuestras ciudades, en nuestros barrios, en nuestros pueblos. Nos recuerdas la belleza de los encuentros y la fraternidad que en ellos vivimos.

Ayúdanos a salir de nosotros mismos para ir al encuentro del otro, que es un reflejo de Ti.
Haz de tu Iglesia una Iglesia sin fronteras, de puertas abiertas para todo el que busca vida, sentido, fraternidad.

Haz de nuestras comunidades lugares donde cada persona, de cualquier cultura o nación, sea reconocida por lo que es, pueda expresar sus esperanzas y sus dificultades, reciba y descubra todo lo que puede dar.

Haz de nosotros testigos de tu amor y tu misericordia, como hiciste con María, madre de brazos abiertos, que acoge, acompaña, protege, guía y hace hijos libres.

Que seamos así un signo de tu Reino. Amén.

Getafe, 18 de enero de 2015