100 AÑOS DEL RETIRO DE PLETERJE

El 9 de marzo de 1914, hace hoy justamente 100 años, comenzaba el P. Anizan un retiro en la Cartuja de Pleterje (en la actual Eslovenia). Emprende este largo viaje desde París para encontrar a su buen amigo y acompañante espiritual Dom Pollien, tras haber vivido la dura experiencia de su deposición como superior general. Seran unos días determinantes en los que volverá a encontrar la paz y la confianza. Saldrá de Pleterje con un corazón de fundador. 

He aquí algunos fragmentos:

He comenzado este retiro con bastante tristeza, por los graves acontecimientos que acabamos de vivir tanto yo como la congregación. ¡Había tantos interrogantes!, interrogantes aparentemente tan insolubles y al mismo tiempo tan inquietantes, que me encontraba un tanto desamparado. Me parecía que Dios se ocultaba, y que permanecía tan impenetrable, que me encontraba inmerso en la oscuridad, y en medio de la tempestad.


El pensamiento de las masas perdidas me invade y me persigue.

En espíritu, he vuelto a estar en medio de esas masas, he rezado y suplicado por ellas. Durante la misa conventual me he unido a Jesús en la cruz, he unido a su Pasión las cruces que llevo en este momento, y, junto a Él, he pasado toda la misa gritando el miserere por esas pobres gentes, y ofreciéndome a ir a ellas, rezar, sufrir y trabajar por ellas.       

Creo que esta es la estrella de mi retiro. Esta mañana me parece que se eleva, y siento que la paz y la confianza renacen en mí. 

       
Mi aspiración ha sido, y hoy lo es más que nunca, darme a las masas obreras a las que no llega el apostolado actual. Hay masas inmensas que se pierden. ¿Dios quiere que, en mi pequeña medida, trabaje en ello el resto de mi vida? Puede ser.       

Si las circunstancias me lo prueban, voy a pedir que me manden a uno de esos ambientes totalmente obreros, y allí me entregaré a la gran obra de la creación de una parroquia obrera. Espero que, además del bien local que produzca, de ahí salga un ejemplo que arrastre.       

Hasta ahora, nadie se da a esta obra actual, tan necesaria y para la que yo creo que Dios quizás me ha preparado particularmente.