EL HIJO DE DIOS SE HIZO OBRERO

 

Emilio Anizan, religioso y sacerdote entre los pobres y trabajadores del extrarradio de París, fundador de los Hijos de la Caridad en 1918, habla de la “revolución” que para el pueblo trabajador supone la encarnación del Hijo de Dios.  Extracto de una homilía en Santa Ana de Charonne en Paris, en la Navidad de 1890:

"Entre los grandes hechos sociales relativos a la cuestión obrera, a la elevación de los que trabajan con sus manos, el más grande sin comparación, el más importante, el que ha tenido y tendrá más influencia sobre la suerte de los trabajadores a lo largo de los siglos, es el que hoy celebramos, la aparición del Hijo de Dios a los hombres bajo la figura de un trabajador.

Desde el momento en que el Hijo de Dios apareció como un trabajador, suscitó el desprecio y el odio de los reyes, de los fariseos, de los sabios, de los doctores… Murió crucificado, pero es igualmente cierto que cuando el mundo se convirtiera vería y adoraría a su Mesías a su Dios bajo la figura de un obrero.

Queridos amigos, ¿comprendéis la revolución que este dolo hecho ha supuesto? Nos preguntamos a menudo cuándo comenzó este movimiento de restauración del obrero, tan antiguo se diga lo que se diga, y con tantos siglos de historia. Empezó el día en que el Hijo de Dios se hizo obrero."

Emilio Anizan, 1890 

                                                                                                                



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