RELIGIONES Y CONVIVENCIA
¿AYUDA U OBSTÁCULO?

Con el título «Religiones y convivencia ¿ayuda u obstáculo?”, la Delegación de Migraciones organizó el sábado 20 de enero una mesa redonda, que se desarrolló en la parroquia de Na Sra de la Paz, en Parla, el municipio de nuestra diócesis con más presencia de personas de origen extranjero y de diferentes confesiones religiosas (26% de su población).
Ofrecieron su testimonio: Mariam Kourtam, joven musulmana de la asociación ACHIME (Asociación de chicas musulmanas españolas); Pedro Alberto Rebaque, pastor de confesión evangélica, de la Iglesia de Cristo, de Parla; Diana Ioanitescu, de la Iglesia ortodoxa rumana, de Parla; y Tusta Aguilar, católica, responsable del área de formación de la Delegación Diocesana de Migraciones-ASTI en Madrid.
Asistieron alrededor de un centenar de personas, de diferentes lugares de la diócesis. Tras las intervenciones de los componentes de la mesa, hubo unos 45 minutos de diálogo entre los asistentes.
Se dijeron muchas e interesantes cosas, por ejemplo:
Ayuda a la convivencia y a la paz saber que Dios te da un objetivo en la vida, una misión para mejorar la sociedad y aportar algo bueno a esta humanidad, así como pertenecer a una comunidad donde encuentras apoyo y ayuda para ser coherente con esa misión (Mariam). Ayuda también el convencimiento de que la relación con Dios incluye mejorar la relación entre personas que viven situaciones similares y trabajar juntos por causas humanitarias (Pedro). No nos relacionamos entre religiones, sino entre personas y el otro tiene el mismo valor que yo como persona (Diana). Nos ayuda también el convencimiento de que Dios está presente en cada ser humano, especialmente en los más frágiles y vulnerables: “lo que hicisteis a uno de mis hermanos más pequeños a mi me lo hicisteis” (Tusta).
En el terreno de los obstáculos: cuando eres de una confesión minoritaria, tienes tendencia a sentirte un tanto “fuera” o “marginada” (Miriam). No hay que confundir fe y elementos culturales, sociales, intereses económicos. Muchas cosas que se achacan a las religiones no tienen nada que ver con ellas, son de otro orden, se utilizan para ocultar las verdaderas causas de los enfrentamientos (Diana). Cuando utilizamos a Dios para imponer nuestras opiniones o intereses, estamos “tomando el nombre de Dios en vano”, algo ante lo que nos previene la Biblia (Tusta). Un gran obstáculo es la ignorancia de muchos creyentes sobre el contenido de su propia fe y de la de los otros (Pedro).
Una experiencia muy positiva, que deberíamos continuar en nuestros propios lugares y parroquias, deshaciendo estereotipos, trabajando conjuntamente en diversos campos y mejorando tanto el conocimiento de nuestra propia confesión como el de los otros, con respeto y humildad, siempre atentos a la clave en la que todos estamos de acuerdo: todo lo que vaya en beneficio de la persona humana, especialmente de los más pequeños, es de Dios. Lo que vaya en contra, no es de Dios, sea cual sea el ropaje con que se presente.
José Miguel Sopeña, HC

Delegado de Migraciones de Getafe

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