"Habitará el lobo junto al cordero..." Isaías 11, 6

Hoy, en medio de la noche del mundo, y en la espera de la buena nueva, afirmo con audacia mi fe en el porvenir de la humanidad. 

Me niego a creer que las circunstancias actuales incapaciten al hombre para hacer una tierra mejor. 

Me niego a compartir la opinión de quienes pretenden que el hombre está tan cautivo de la noche sin estrellas, del racismo, de la opresión y de la guerra, que la aurora radiante de la paz y de la fraternidad no podrá nunca llegar a ser una realidad. 

Me atrevo a creer que un día, todos los habitantes de la tierra, podrán hacer tres comidas para mantener la vida de su cuerpo, y podrán recibir la educación y la cultura necesarias para la salud de su espíritu, y la igualdad y la libertad para la vida de su corazón. 

Creo, igualmente, que un día toda la humanidad reconocerá en Dios a la fuente de su amor. Creo que este amor salvador y pacífico será un día la ley. El lobo y el cordero podrán descansar juntos; todos los hombres podrán sentarse bajo su higuera, en su viña, y nadie tendrá motivos para tener miedo.

Martin Luther King

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