"Había una viuda que solía decirle: "Hazme justicia frente a mi adversario." (Lc 18, 1-8)

Esta viuda del evangelio nos recuerdan a tantas MUJERES CORAJE. En el libro "Los pobres me han evangelizado" de nuestro hermano Joseph Bouchaud nos encontramos con DOÑA LEONARDA.

Doña Leonarda es responsable de una comunidad de base de Barra don Vento, en el Nordeste de Brasil.

En esta parte muy pobre de Brasil, hubo hace poco, entre 1980 y 1984, una gran escasez, consecuencia de la falta de lluvia. Más de 200.000 personas murieron, entre ellas unos 100.000 niños.
Doña Leonarda me había hablado ya de otra gran escasez, la de 1932: “La tierra estaba tan seca, me decía, que se había convertido en una gran alfombra de polvo, No había trabajo para nadie. Hacía semanas que no teníamos nada para dar de comer a nuestros cinco hijos, Por fin, mi esposo encontró trabajo a cincuenta kilómetros de aquí. Mis hijos y yo nos fuimos, a pie, para encontrarlo.

Pero, después de unos kilómetros, mi pequeño Manuel, de cinco años, cayó al borde del camino. En el momento de su muerte, se hermana Teres, de sitie años, estaba de rodillas cerca de él; repetía: “Manuel, si te vas a una tierra donde hay algo para comer, entonces, te suplico, regresa a buscarme…” Y dos días más tarde, Teresa se moría también al borde del camino…”

Pero esta vez, en 1980, a pesar de haber pasado los 80 años, Dona Leonarda, con los miembros de su comunidad de base, fue la animadora de la lucha contra el hambre. Cada semana se reunían para buscar en la Biblia la fuerza y la luz de Dios. Y los hombres se iban a cavar pozos, más y más profundos en el lecho del río hasta encontrar agua. Las mujeres, con machetes buscaban raíces que se pueden cocer y comer. Los niños recogían, en el polvo, pequeños granos que Doña Leonarda les había enseñado que se podían comer.

En el día de 1984 en el que la lluvia cayó de nuevo, toda la población cantaba, bailaba, alababa a Dios. Doña Leonarda lloraba de alegría. Nadie se había muerto de hambre en Barra do Vento, Dios les había hecho juntos más fuertes que la sequía, más fuertes que el hambre.