
El Buen Pastor
Conferencia a los novicios Hijos de la Caridad (sin fecha)
Dios anunció por Jeremías que
enviaría a las almas pastores según su corazón.
Esperamos poder ser uno de
ellos. Pero para eso debemos ser otros Jesús-Cristo; ser pastores según el
modelo que nos ha dejado...
¡Cuántos lugares existen,
sobre todo pobres y obreros, donde las almas están como ovejas sin pastor! No
perciben ese interés que un verdadero pastor muestra por sus ovejas. ¡Cuántas
almas no pueden decir: tengo un sacerdote que se interesa por mí, que se
interesa realmente por mi alma, por mi salvación!
Entréguense totalmente a las
almas, interésense por ellas, denles su tiempo, su salud, sus facultades, todo.
Jesucristo se hizo todo a
todos. ¡Oh Buen Pastor!
Nuestro Señor conocía a todos
los que le seguían. Los conocía como Dios, pero también porque vivía
continuamente con ellos, compartiendo sus penas, sus sufrimientos, entregándose
a ellos, dejándoles solo para orar, e incluso, a veces, abandonando la oración
para responder a su deseo de encontrarle. Vivía de su vida. Constataba sus
necesidades y respondía a ellas con una inteligencia admirable. También ustedes
habrán de conocer a las ovejas que Dios les confíe.
Allá donde vayan, infórmense
sobre el estado de las almas, sobre el
ambiente en el que viven, sobre las dificultades que encuentran, sobre sus
aspiraciones y sus necesidades. Busquen lo que hay de bueno en ellas, sus
puntos fuertes y sus puntos débiles. Intenten conocer cada alma que se acerque
a ustedes. Conocerlas para adaptarse a ellas y adaptar los medios, es el gran
secreto para hacer el bien.
Y por su parte, dense a
conocer, muestren su corazón, el deseo que tienen de hacer el bien. Hagan saber
que están a la disposición de todos, pero sobre todo de los más pobres, de los desheredados, de los que sufren y necesitan de ustedes.
Generalmente no se conoce a los sacerdotes.
“Yo
mismo apacentaré a mis ovejas”. Eso es lo que deben hacer: apacentar el
rebaño, dándole vida en abundancia, es decir, la luz, la gracia, la fuerza, la
consolación, el perdón, la divina Eucaristía, en fin, la vida eterna. Si
ustedes no les dan esa vida eterna, no la tendrán. Dios ha hecho de ustedes
canales de vida. Llénense de esta vida mediante el estudio, la meditación, la oración, la santidad. Y
luego, distribúyanla.
Ustedes
son la luz del mundo y la sal de tierra. Que las almas encuentren en ustedes la vida que necesitan. El Buen
Pastor defiende a sus ovejas hasta dar la vida por ellas. Jesús defendió a sus
ovejas contra los falsos pastores, contra los mercenarios. Ustedes también
deben defender a sus ovejas, no teman
decir la verdad, desenmascarar a los enemigos de las almas, incluso al precio
de su tranquilidad y de su vida.
Nuestro Señor fue en busca de
las ovejas perdidas. Busquen a las almas, no las esperen, vayan a las que están
alejadas. ¡Cuántas pueden ser atraídas!