Manifiesto ante el
Primero de Mayo 2021
¡Ahora más que nunca: Trabajo Decente!
Las entidades de inspiración católica que
promueven la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) celebran, por
cuarto año consecutivo, el Día Internacional del trabajo y la solemnidad de san
José obrero, patrono de los trabajadores y las trabajadoras (1), en un año extraordinariamente
marcado por el grave impacto de la pandemia en el conjunto de la sociedad y en
el mundo del trabajo, cuyos efectos han sido especialmente acentuados en las
personas más vulnerables.
Esta crisis ha puesto de relieve la necesidad
de un cambio de sistema productivo, basado en trabajos que aporten valor,
sujetos de unas condiciones laborales dignas, y donde las personas estén en el
centro.
Sabemos que Jesucristo aprendió de san José
“el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es
fruto del propio trabajo”; y que aquella familia de Nazaret tuvo que afrontar,
en su migración por Egipto, “la necesidad de comer, de encontrar una casa, un
trabajo”. (2)
ITD quiere subrayar, en este tiempo, la
importancia del trabajo como actividad humana que acrecienta la dignidad de
cada persona y de sus familias. Con el trabajo cuidamos al conjunto de la
sociedad y al planeta. Además, con el trabajo participamos en nuestra propia
humanización, en la sostenibilidad de la Creación y en el “advenimiento del
Reino” (2)
El impacto de la pandemia ha acelerado los
procesos que debilitan el derecho al trabajo, y empobrecen, precarizan y
descartan a millones de trabajadoras y trabajadores, principalmente mujeres y
jóvenes. Ello provoca que el acceso a un puesto laboral
digno, tras muchos años dedicados al estudio y a la especialización en un
ámbito profesional, sea hoy casi un lujo que pocas y pocos jóvenes se pueden
permitir. Que el trabajo esté en riesgo
supone que el pacto social entre en crisis y, con ello, la propia democracia.
Se han destruido miles de empleos y muchos de
los ERTE se han resuelto, finalmente, en despidos. Los empleos considerados
esenciales –muchas veces ejercidos en condiciones precarias, tanto a nivel
laboral como de protección sanitaria—, no se han visto reconocidos en una
mejora de sus condiciones. Y las medidas de protección social diseñada para paliar
los efectos de la crisis no ha llegado a las personas que más lo necesitan,
como tampoco ha sucedido con el subsidio temporal previsto para las
trabajadoras del hogar o el ingreso mínimo vital. Además, la pobreza se dispara
entre la población migrante en situación administrativa irregular, donde el
desempleo y la economía informal son mayoritarios, sin posibilidad de acceso al
sistema de protección.
En ese sentido, creemos oportuno destacar que es fundamental una política que promueva la fraternidad y permita la amistad social al servicio del bien común. De ahí que en este Primero de Mayo “el gran tema es el trabajo”, una dimensión esencial para promover “el bien del pueblo” (3) y el acceso a una vida digna en una sociedad más decente. Instamos, ahora más que nunca, a adoptar las medidas necesarias para conseguir que el trabajo decente sea una realidad accesible para todas las personas, con condiciones que permitan mantener una vida digna y una protección social que llegue a todas las personas que lo necesitan.
Por eso, en este Primero de Mayo, ITD
reclama:
-
Redefinir
la idea del trabajo como actividad humana y configurar nuevas políticas –los
cuidados, la reducción de la jornada laboral, etc.— que aseguren a cada persona
trabajadora “alguna manera de aportar sus capacidades y su esfuerzo” a la
construcción del bien común.
-
Potenciar
el trabajo con derechos, seguro, “libre, creativo, participativo y solidario”
(EG 192) en cualquier relación laboral y para todas las personas, sin
distinción de edad, sexo o procedencia.
-
Garantizar
el acceso a medidas de protección social para aquellas personas que no puedan
trabajar o que sus condiciones laborales no les permitan llegar “a fin de mes”.
-
Lograr el reconocimiento social y
laboral de los empleos esenciales para la vida, con unas condiciones laborales
dignas.
-
Promover
un diálogo con toda la comunidad política, sociedad e instituciones para
configurar un nuevo contrato social basado en la centralidad de la persona, el
trabajo decente y el cuidado del planeta.
-
Impulsar
la incorporación de la juventud al mercado laboral en una sociedad golpeada por
una crisis sanitaria social y económica creando oportunidades reales de acceso
al trabajo digno.
Convocamos a todas las comunidades cristianas
a unirnos, asegurando las medidas sanitarias, en la celebración, la lucha y la
oración de este 1º de Mayo. Os invitamos a participar en cuantas acciones
puedan hacer visible estas reclamaciones. Y con el papa Francisco, imploremos a
san José obrero para que encontremos caminos que nos lleven a decir: Ahora más
nunca: ¡Ningún joven, ninguna persona,
ninguna familia sin Trabajo Decente!
SITUACION EMPLEO
§ Desempleo: 3.719.800 (1.728.400 hombres y
1.991.400 mujeres. EPA 4T2020)
§ Paro de larga duración: 1.521.000
personas que llevan más de un año en paro y de ellas, 885.000 llevan más de dos
años.
§ Tasa de paro: 16,13% (25,58% en la población
extranjera).
§ Temporalidad: 24,63%.
§ Personas incluidas en ERTE: 500.000
§ Hogares con todos sus miembros en paro: 1.197.000
§ Hogares sin ingresos (EPA3T2020): 599.000
hogares, donde residían 1.075.000 personas.
§ Diferencia entre los salarios más altos y los más
bajos: 4.000 euros. (CCOO)
§ Hogares donde su sustentador principal mantiene una
relación muy insegura con el empleo (Cáritas): 7,8 millones de personas (16,4% de las
familias)
§ Trabajadores pobres: Casi 2,5 millones (13% de
los trabajadores)
§ El 34,6% no trabaja las horas que le gustaría ni
durante los periodos de tiempo que querría.
§ El 48,1%
de los trabajadores tienen jornada a
tiempo parcial indeseada.
§ 615.000
trabajadores en la economía informal.
§ Uno de
cada cuatro hogares (el 24,8%) sustentados por una persona en situación de
inestabilidad laboral grave recibe algún tipo de prestación por desempleo o renta mínima de inserción.
§ Muertes en el trabajo (MTES): 708 trabajadores y trabajadoras.
§ Accidentes graves: 3.505 trabajadores y
trabajadoras.
§ Accidente con baja laboral: 485.365
trabajadores y trabajadoras.
§ Accidente sin baja laboral: 518.979
trabajadores y trabajadoras.
§
§
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