MEDITACIÓN DE VIERNES SANTO

“Tengo sed” fueron tus últimas palabras antes de morir. Tú que ayer en la última cena nos diste de beber: “Tomad y bebed” ahora nos pides tú de beber a nosotros. Tú que has querido saciar nuestra sed, que le dijiste a la samaritana “el que beba del agua que yo quiero darle nunca más tendrá sed,” ahora mueres sediento. Tú que dijiste: “El que crea en mí no pasará nunca sed,” ahora sientes sed tú. Tú que dijiste: “Si alguien tiene sed que venga a mí y beba,” ¿a dónde irás a saciar tu sed? Tú que dijiste: “bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciado,” ahora ¿quién te saciará a ti?

Tú que has saciado nuestra sed de amor, ahora mueres sediento de consuelo.

Tú que has saciado nuestra sed de paz, ahora mueres rodeado de violencia.

Tú que has saciado nuestra sed de misericordia, ahora mueres sediento de compasión.

Tú que has saciado nuestra sed de perdón, ahora mueres condenado.

Tú que has saciado nuestra sed de fraternidad, ahora mueres abandonado.

Tú que has saciado nuestra sed de fidelidad, ahora mueres traicionado.

Tú, “el agua viva” ahora tienes sed.

¿Cómo saciar tu sed Jesús? ¿Cómo saciar una sed tan profunda, tan infinita? ¿Cómo saciar la sed de Dios?

A ti que tanto nos has consolado hoy queremos consolarte. A ti que tanto nos has acompañado, hoy queremos acompañarte. A ti que tanto nos has perdonado, hoy te pedimos perdón. Perdón por nuestra crueldad. Perdón por nuestra violencia. Perdón por nuestra iniquidad.

Jesús sigues teniendo sed. Sed de justicia: en tantos hombres y mujeres que no encuentran trabajo, que son descartados, que sobran.

Sed de paz: en tantos pueblos que viven  cada día la violencia. En tantos cristianos asesinados por el fanatismo religioso.

Sed de consuelo: en tantos enfermos, en tantos que sufren.

Sed de perdón, sed de fraternidad. Sed. Sigues diciendo hoy: “Tengo sed.”

¿Cómo saciar tu sed Jesús?

Tú dijiste: “Tuve hambre y me disteis de beber.” Queremos saciar tu sed, dando de beber al sediento.
Tú que dijiste: “Quien dé a beber un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por su condición de discípulo, os aseguro que no quedará sin recompensa.” Queremos Jesús, que nuestro vaso de agua fresca no falte para apagar la sed de los pequeños, de los sedientos.

¿Qué es un vaso de agua para tanta sed? ¿Cómo podrá apagar un vaso de agua el incendio de este mundo? Es bien poco, pero te lo entregamos.


Nosotros también tenemos sed, tenemos sed de saciar tu sed.