"Yo soy el CAMINO, la VERDAD y la VIDA" (Jn 14, 6)


Me esfuerzo y Él me dice: ¡perdona!
Tengo miedo y Él me dice: ¡ánimo!
Dudo y Él me dice: ¡confía!
Me siento angustiado y Él me dice: ¡tranquilo!
Prefiero estar solo y Él me dice: ¡ven y sígueme!

Fabrico planes y Él me dice: ¡déjalos!
Busco bienes materiales y Él me dice: ¡despréndete!
Quiero seguridad y Él me dice: ¡no te prometo nada!
Quiero vivir y Él me dice: ¡da tu vida!

Quiero ser bueno y Él me dice: ¡no es suficiente!
Quiero ser jefe y Él me dice: ¡sirve!
Quiero mandar y Él me dice: ¡obedece!
Quiero comprender y Él me dice: ¡cree!

Quiero claridad y Él me habla en parábolas.
Quiero violencia y Él me habla de paz.
Saco la espada y Él me dice: ¡guárdala!
Pienso en venganza y Él me dice: ¡presenta la otra mejilla!

Habla de paz y Él me dice: ¡he venido a traer fuego a la tierra!
Quiero esconderme y Él me dice: ¡muestra tu luz!
Busco el primer puesto y Él me dice: ¡siéntate en el último lugar!
Quiero ser visto y Él me dice: ¡reza en lo escondido!

¡No! No entiendo a este Jesús.
Me provoca. Me confunde.
Al igual que tantos de sus discípulos,
también yo quisiera hallar otro maestro
que fuera más claro y que exigiera menos.
Pero me sucede lo que a Pedro:
no conozco a nadie que tenga como Él,

PALABRAS DE VIDA ETERNA.