JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES 2014 "SAL A DARLO TODO"

TESTIMONIO DE ANTONIO PUBLICADO EN LA WEB ACOMPASANDO DE LAS MISIONERAS CLARETIANAS.




Mi nombre es Antonio, tengo 38 años. Hace más de 20 años conocí a los Hijos de la Caridad, tras un tiempo en búsqueda. Fui a un encuentro vocacional que fue un gran éxito, solo participé yo y me quedé. Al conocer a los Hijos supe enseguida que era mi lugar.

Nuestra vocación es la evangelización de los barrios populares. Vivimos en comunidad y solemos llevar la parroquia del barrio, junto a otras obras de tipo social. Desde hace 2 años soy vicario parroquial en la parroquia de San Rafael, en el barrio de la Alhóndiga de Getafe, junto con Norberto y Pepe.

   Jeremías (Jer 1, 11-12) eligió una rama de almendro para expresar su vocación… ¿qué imagen elegirías tú para expresar la tuya?

La imagen que elegiría es la del canal o el cauce para llevar el agua de un lugar a otro. Me gustaría que mi vida fuera como ese canal que lleva el agua de Dios a los sedientos. Ser cauce, instrumento de la misericordia de Dios por su pueblo. Mi vocación parte de la experiencia de la compasión de Jesús por ese pueblo abatido y cansado “como ovejas sin pastor.” ¡Y hoy hay tantas!

  Toda vocación es un éxodo, dice el Papa Francisco en su mensaje para la jornada Mundial de Oración por las vocaciones… ¿de dónde tienes que salir tú cada día para vivir tu vocación?

La vida del creyente es un éxodo permanente. La dinámica del pecado nos pretende encerrar en nosotros mismos, convertirnos en el centro, en la referencia de todo. Y la experiencia de Dios nos permite liberarnos de esta tendencia que nos encierra y nos hace salir de nosotros mismos para que Otro sea el centro. Cuando le preguntas a Dios “Señor, ¿qué quieres de mí?” es un primer éxodo en el que descubres que el camino que Dios sueña para ti es el camino de la felicidad. Tras este primer éxodo que orienta la vida entera, viene el éxodo cotidiano, esa lucha permanente por dejar que de verdad Él sea el protagonista de tu vida. Otro éxodo importante es el que exige la fraternidad. Al vivir en una pequeña comunidad este salir de ti para posibilitar la fraternidad es muy exigente.

  Más allá de tu vocación específica, tu estado de vida… ¿qué significa para ti “sal a darlo todo?”

Para mí este lema que se ha elegido es muy significativo. Cuando tenía 17 años y tras enamorarme de Jesús, una noche en la intimidad de mi cuarto le pregunté a Dios: ¿Qué quieres de mí? Y escuché “TODO”. Me asusté mucho, no sabía que significaba aquello. Después fui descubriendo que ese todo se concretaba en la vida religiosa, en los votos de pobreza, castidad y obediencia. Desde esa experiencia de totalidad, sigo descubriendo que se trata de darlo todo, de no quedarnos nada para nosotros, porque se estropeará. Todo es don de Dios y lo nuestro es devolverlo especialmente al servicio de los pobres.

  ¿Qué es para ti la santidad? ¿Cómo explicarías tú la llamada a la santidad hoy a un joven?

Si me hubieras preguntado hace unos años te hubiera respondido que el santo es una especie de superman que lo entrega todo. Pero con el paso del tiempo me voy dando cuenta que en el tema de la santidad no importa tanto lo que se hace sino como se hace. El santo es aquel que hace las cosas con gratuidad y con humildad. El que su vida recuerda algo de la vida de Jesús “que se despojó de su rango, tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.” (Filp. 2, 7) Y esto sólo se puede hacer si tu vida está realmente cogida por Dios, si Él es el protagonista.