En aquel tiempo, Juan, que
había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de
sus discípulos: «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?»
Jesús les respondió: «Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!» (Mt 11, 2-11)
Jesús les respondió: «Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!» (Mt 11, 2-11)
Algunos
fragmentos de la Exhortación del papa Francisco “La alegría del Evangelio”
186. De
nuestra fe en Cristo hecho pobre, y siempre cercano a los pobres y excluidos,
brota la preocupación por el desarrollo integral de los más abandonados de la
sociedad.
187. Cada
cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la
liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse
plenamente en la sociedad; esto supone que seamos dóciles y atentos para
escuchar el clamor del pobre y socorrerlo.
193. El
imperativo de escuchar el clamor de los pobres se hace carne en nosotros cuando
se nos estremecen las entrañas ante el dolor ajeno.
194. Es un
mensaje tan claro, tan directo, tan simple y elocuente, que ninguna
hermenéutica eclesial tiene derecho a relativizarlo.
201… Temo
que también estas palabras sólo sean objeto de algunos comentarios sin una
verdadera incidencia práctica. No obstante, confío en la apertura y las buenas
disposiciones de los cristianos, y os pido que busquéis comunitariamente nuevos
caminos para acoger esta renovada propuesta.