ORA CON NOSOTROS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS: 

Para nosotros Hijos de la Caridad, esta fiesta es más bien una “cuestión del corazón”. En esta ocasión renovamos nuestro compromiso con Jesús, Aquel que un día nos “ha tocado el corazón” y que nos renueva fiel y tiernamente en medio de este pueblo que nos ha confiado. Lo hacemos personal y comunitariamente. Les invitamos a unirse a nosotros por el pensamiento y la oración.

Fue en la fiesta del sagrado Corazón de Jesús, que el padre Anizan nuestro fundador y sus compañeros se convierten en los primeros Hijos de la Caridad, a través de los votos de Castidad, pobreza y obediencia, en un viernes 11 de junio de 1920. En este día de la fiesta patronal, toda nuestra familia de Hijos de la Caridad, ha sido confiada por el padre Anizan al Sagrado Corazón de Jesús.

Por esta razón nos alegramos de hacerles partícipes de aquello que nos hace vivir como Hijos de la Caridad, y a unirnos junto con ustedes a Aquel que nos da su Corazón, Jesús, fuente de este amor-Caridad.

Consagración al Sagrado Corazón de Jesús:

Oh Jesús, queremos amaros con todo nuestro corazón, con todas nuestras fuerzas, con todas nuestras facultades, y os lo probaremos siguiendo con fidelidad vuestras huellas.

Dignaos dirigir una mirada misericordiosa sobre nuestra pequeña familia, y acoger con benevolencia el ardiente deseo que la embarga, de amaros, hacer que os amen, establecer en nosotros y en las almas que queráis confiarnos, vuestro soberano y tan deseado reino.

Nos ponemos de nuevo, y en eso sabemos que os complacemos, bajo la especial protección de vuestra divina Madre, la Inmaculada Virgen María, y le consagramos nuestras personas y nuestro apostolado.

Ella es quien de manera más segura nos conducirá a vos.
Tomad nuestro Instituto bajo vuestra protección, que quede empapado de vuestra caridad, y, si ha de ser para gloria vuestra, haced que crezca y sea fecundo. Mantened en él la unión, el amor fraterno, y encended en él el fuego del celo apostólico para salvación de las almas.

¡Agradecimiento, perdón y amor ahora y por siempre al Sagrado Corazón de Jesús, nuestro protector, nuestra esperanza y nuestro todo! Así sea. (Padre J.E. Anizan, 1920).

Jean-Jacques Brunneau fc