ÚLTIMA REUNIÓN DEL TALLER ANIZAN

Hemos tenido una reunión del TALLER ANIZAN con el tema EL TESTIMONIO DE LA CARIDAD. Hemos trabajado este texto del P. Anizan. 

JESUS, FUENTE DE TODA CARIDAD
Nuestro Señor no sólo practicó la caridad personalmente, sino que fue el propagador y la fuente. Lo fue mediante su ejemplo, sus enseñanzas, sus recomendaciones, sus promesas, sus oraciones y su fuerza. Su venida a la tierra fue el advenimiento de la caridad a este mundo. Su ley fue la ley del Amor, de la caridad...

Fue una fuente tan fecunda y tan poderosa de caridad, que hoy continúa inspirándola. También nosotros debemos aplicarnos a devenir, en la medida de nuestras posibilidades, apóstoles, propagadores de la caridad, fuentes de caridad.

Debemos desear que reine la caridad a nuestro alrededor y en el mundo, trabajar para que surja, propagarla. ¡Qué hermoso sería despertar la caridad, implantarla en las almas! ¡Nuestro Señor desea tanto verla florecer entre sus hijos!


Nuestro Instituto tiene por misión evangelizar al pueblo, pero también es misión suya extender la caridad, devolverla allí donde ha desaparecido, desarrollarla donde existe. ¿Por qué no lanzar cada uno de nosotros en nuestros ambientes esta campaña de caridad? ¡Cuántas almas se abrirían ante la perspectiva de practicar la caridad! No saben, no piensan en ello, y lo harían con gozo, pero necesitan animadores y guías. Incluso en el pueblo, cuántos recursos admirables existen en este sentido. Pero, a menudo, no hay nadie que los saque a la luz, que les dé una ocasión para manifestarse y desarrollarse. Esa debería ser una de nuestras preocupaciones.

Todas las Congregaciones tienen la misión de reproducir un rasgo, una virtud de Nuestro Señor...
Debemos considerarla como nuestra esencia y nuestra razón de ser. Si no la tuviéramos, no seríamos más que una sal insípida.

Si los Hijos de la caridad no vivimos esta virtud, no seríamos
más que una luz tenue o apagada, que, por lo tanto, no cumpliría su objetivo, y que sólo valdría para ser arrojada a la basura...

Evidentemente, sólo se puede llegar ahí con grandes esfuerzos, tras mucho tiempo y con la poderosa gracia de Dios. Pero, no nos desanimemos, multipliquemos los esfuerzos, y que sea esa la gran tarea de nuestra vida...